Mi nombre es Julia y tengo 28 años.

Mi vida es la limpieza y el cuidado de la higiene. Comencé limpiando y lavando todo lo que había tocado o tocaban otras personas, por miedo a que los microbios me hicieran contraer una enfermedad sin cura. A mi cabeza venía la misma imagen, una y otra vez, millones de microbios dando saltos sin parar por todo mi cuerpo. Me lavaba las manos para evitar enfermar e invertía la mayor parte de mi tiempo en ello. Podía pasarme horas en la ducha restregando sin parar, nunca era suficiente, no me sentía limpia del todo. De repente venían imágenes o símplemente el pensamiento “y si estoy infectada”, “¿habré limpiado bien?””¿estás segura de haber eliminado los microbios?”….era horrible.

Comencé a evitar aquellas situaciones que podían causarme riesgo a ensuciarme, mis manos estaban destrozadas de tanto frotarlas, pero sólo de esta forma podía tranquilizarme momentáneamente.

Al marcharme y cerrar la puerta de casa, encendía y apagaba la luz tres veces y cerraba y abría la cerradura seis. Tenía el presentimiento de que si no lo realizaba algo malo me pasaría al marcharme. Llegó un momento en el que cada vez tenía menos confianza en que realmente hubiera cerrado seis veces y empezaba de cero.

Soy incapaz de sentarme en ningún sitio, no puedo subir en ningún transporte público, no soporto que nadie me roce, me da pánico tan sólo imaginarlo, no puedo viajar, ni puedo ni ver la tele, ya que me da pavor olvidar apagarla.

He tenido problemas en el trabajo, me echaron aunque ahora trabajo en casa, online. Mi familia aunque me entienden siempre noto que se sienten incómodos.  Me mudé a mi piso por todas las discusiones que teníamos en casa. Los veo a ratos aunque la verdad es que mi relación con ellos es complicada porque no me entienden, de verdad que yo los quiero mucho, a veces hasta he temido porque a ellos pudiera pasarles algo. En cuanto a amigos, es complicado, he mantenido relaciones a través de los chats y aún quedo con dos amigas de la infancia, eso sí en casa o para un café rápido en la casa de alguna. La verdad es que a veces me siento un monstruo pues  veo que vaya donde vaya las personas se sienten incómodas a mi alrededor, pero no puedo parar esas imágenes, no puedo controlar evitar morir por una infección.

Lo que le pasa a Julia es un claro ejemplo de TOC. A continuación se aporta más información referente a este Trastorno.

Cuando una persona sufre Trastorno Obsesivo Compulsivo toda su vida se ve afectada. Aunque al comienzo consigue mantener un equilibrio intentando «controlar» esta intensa ansiedad, frecuentemente, empiezan a resentirse áreas de la vida  aumentando el malestar y la tensión, por lo que aumentan las acciones realizadas para tratar de controlar la ansiedad (compulsiones), convirtiéndose en un círculo vicioso».

Si conoces a alguien que tenga este problema y quieres ayudarle la mejor forma es a través de terapia psicología. Si quieres más información pincha aquí.

 

Autora: Lorena Sánchez Martínez

Psicóloga