En consulta son muchas las madres y padres que cuentan sus dudas acerca de cómo deberían abordar la educación de sus hijos. Sobre todo ante un mundo frenético en el que la inseguridad puede aparecer en diferentes áreas de la vida (laboral, de pareja, familiar, social, etc); es normal, y entiendo perfectamente, que tanto padres como madres se sientan preocupados sobre la educación de sus hijos.   También es cierto que, a veces, muchos de estos padres y madres, sobre todo madres, se sienten frustrados teniendo que elegir pasar tiempo de calidad con el niño o no perder su puesto de trabajo. Digo sobre todo las madres pues la figura más afectada en el nacimiento de un bebé aún sigue siendo la madre y a la que socialmente más carga se le echa en la responsabilidad educativa y del cuidado de los hijos; aunque esto ya forma parte de otro debate muy interesante y que tal vez abordemos en otro momento.

Para todos aquellos padres y madres que estén interesadas en conocer más acerca del funcionamiento del bebé os dejo este vídeo de REDES de Eduardo Punset y que comienza diciendo: “ los últimos estudios científicos demuestran que la mejor manera de luchar contra las enfermedades mentales, incluso contra la delincuencia y la violencia en nuestra sociedad, es ocuparnos de los bebés” En él se habla de la importancia de una referente de seguridad en la primera infancia para evitar problemas de salud mental futura, tener una figura de apego y seguridad ayuda a regular el sistema nervioso del bebé y adulto futuro. ¿Qué ocurrirá en un mundo en el que los padres no son capaces de regularse a sí mismos?; ¿Qué ocurrirá con aquellos niños que sientan a unos cuidadores ausentes?

 

 

Aprovechando que se acerca el día 8 de marzo, día de la mujer, me gustaría abrir un espacio de reflexión para dar un reconocimiento a todas aquellas mujeres que día a día luchan por conciliar vida laboral y familia. Desde aquí, nos gustaría debatir sobre la co-responsabilidad ya que la mayoría de cuidadores son mujeres. Considero que en España no está lo suficientemente valorada la figura de cuidador, padre o madre. Es probablemente una de las figuras más importantes de nuestra sociedad aunque la realidad actual no sólo está poco valorada sino que, me atrevería a decir, está castigada. Castigada a raíz de un sistema en el que mujer y hombre sólo por el hecho de ser «X» asume ciertos roles y automáticamente debe abandonar otros; aunque, si decide no hacerlo, cargará con toda la presión social del entorno. Vuelvo a las preguntas que hice en el párrafo anterior.

En mi opinión, algo tan importante como el cuidado de una sociedad no entiende de género y no parte de unas facilidades inherentes al mismo. La empatía, la compasión y el amor no son emociones que se tienen o no; son capacidades que se entrenan y, por el bien de la humanidad, deberían ser trabajadas sin importar género, identidad sexual, raza, edad o… zapatos.  

 

Autora: Esperanza Merlos 

Psicóloga del centro