Este pasado día 21 de septiembre se celebró el día del Alzheimer. Gracias a la labor divulgativa que hacen diariamente profesionales, instituciones, afectados y familiares, la sociedad va tomando conciencia de la enfermedad. Afortunadamente, se van conociendo cada vez más sus síntomas y todos nos encontramos más sensibilizados a cualquiera de ellos, como por ejemplo: los olvidos cotidianos de hechos recientes, el mayor trabajo en encontrar las palabras adecuadas o no encontrarlas, cambios en el estado de ánimo,…

Sin embargo, existen pequeños matices que pueden hacer que esta enfermedad se pueda llegar a confundir con la llamada “pseudodemencia”. La persona presenta problemas en la memoria y la personalidad, pero es debido a una falsa demencia producida por otra patología, siendo lo más común que sea la depresión. Por ello daremos 6 pautas que nos permitan diferenciar:

  1. Nos acordamos cuando comenzó el problema. En las pseudodemencias es muy frecuente que se pueda identificar el comiendo de la misma. Cuando se pregunta al paciente o familiares, estos suelen referir una época concreta en la que el paciente comenzó a tener pequeños olvidos cotidianos más allá de unos pequeños despistes.
  2. El comienzo es de “un día para otro”. Al contrario que en las demencias, en este caso el paciente presenta un inicio brusco, esto no significa que de un lunes a un martes se presente la pseudodemencia, pero sí que el comienzo es muy rápido. En parte, eso es lo que permite que se pueda identificar el inicio del mismo.
  3. Alta conciencia de enfermedad. Una vez que aparece, el paciente siente que está enfermo y/o tiene un problema de memoria. Es muy consciente que tiene despistes y dificultades para recordar.
  4. Reconoce los síntomas. De la misma manera que es consciente que tiene un problema o trastorno, vivencia los síntomas con angustia, ya que se da cuenta que tiene lagunas y dificultades en su vida diaria, en el discurso, su planificación o quehaceres.
  5. Predominan la tristeza y el ánimo plano. La persona se siente triste, malhumorada y aplanada desde el inicio (o incluso antes de percibir los primeros síntomas). A medida que va pasando el tiempo, fluctúan sus problemas en función que empeora su ánimo. De hecho, cuando dichos sentimientos menguan o desaparecen, lo hacen de la misma manera los problemas de memoria.
  6. La evolución es desigual. Una vez que el paciente o familiares empiezan a sentir que tiene los síntomas, estos no se presentan siempre de la misma manera, sino que van fluctuando. En la mayoría de las ocasiones van variando con el estrés, acontecimientos negativos o disgustos que hacen que la persona empeore sus síntomas y sobretodo como los sobrelleva y los siente.

En el caso de empezar a presentar olvidos, problemas de memoria o en el discurso,  es importante tener en cuenta los seis puntos, ya que ni todas las demencias son alzheimer, ni todos los despistes demencia.