El pasado miércoles, en el taller de mindfulness, surgió una duda sobre los efectos que la práctica de la atención plena tenía sobre el cerebro. Pues bien, hemos decidido abordarlo en este artículo para mostrarlo a todos los que estén interesados en saber qué es mindfulness, y cómo puede generar cambios en nuestro cerebro en 8 semanas de práctica.

¿Qué es Mindfulness?

El mindfudness consiste en ser plenamente conscientes de lo que ocurre en el momento presente. Es una forma de cultivar la conciencia de la mente y el cuerpo, para aprender a vivir aquí y ahora. La mente es quien crea, por medio de la intención y pensamiento, nuestra felicidad y nuestra infelicidad.

Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio es donde actúa la conciencia y nos permite elegir cómo responder.

Mediante la práctica de la atención plena (mindfudness) somos más conscientes de los efectos del estrés y tenemos la posibilidad de elegir una respuesta más adecuada. Se pretende que la persona reconozca sus pautas de pensamiento habituales, así como conductas arraigadas, para mejorar el bienestar físico y psicológico, gracias al contacto directo con nuestra propia vida.  Así, si uno no es consciente de las reacciones internas al estrés y del modo en el que se expresan los pensamientos, sensaciones y emociones, está desconectado de su vida, lo que provoca un desequilibrio entre mente y cuerpo.

¿Qué cambios provoca en nuestro cerebro?

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Numerosas investigaciones ponen de relieve los cambios que el mindfulness provoca en el cerebro. Se ha encontrado que tras la meditación se produce un aumento de la activación del área frontal izquierda del cerebro, una región asociada con el afecto positivo y la regulación de la emoción, lo que ayuda a recuperarse antes de un evento estresante. También se ha observado un engrosamiento en regiones de la corteza frontal dedicadas al razonamiento y la toma de decisiones, así como de la ínsula, zona implicada en la percepción de las sensaciones internas. Todo ello permite compensar algunas pérdidas debidas a la edad ya que la ínsula empieza a deteriorarse a los veinte años.

Diversos estudios muestran cómo estímulos con carga emocional negativa producen una menor activación en la amígdala a aquellos sujetos que practican la meditación,  lo que sugiere que la meditación continuada en el tiempo puede estar asociada a una reducción significativa de las conductas emocionalmente reactivas.  Este dato es especialmente interesante, en trastornos ansiosos,trastornos del dolo, o incluso, trastornos de personalidad limítrofe.

Otro beneficio de su práctica es el aumento de la empatía, pues  parece existir un efecto directo sobre la empatía, ya que los meditadores presentan una mayor respuesta empática. Cuando prestamos atención a nuestra mente se activan los circuitos sociales (circuitos necesarios para observar los sentimientos, actitudes e intenciones de los demás).

¿Cómo puedo practicar Mindfulness?

Hay dos formas de practicar el mindfulness:

o   La formal: tomarse el tiempo necesario para permanecer sentado, tumbado o de pie, centrando deliberadamente su atención en la respiración, en las sensaciones corporales, los sonidos externos, los pensamientos o emociones.

o   La informal: prestar atención a las actividades cotidianas ya sea comer, hacer ejercicio o las tareas de casa.

En clínica Emae te enseñamos cómo practicar mindfulness, mediante ejercicios sencillos.  Los talleres son semanales para intensificar y maximizar sus beneficios. Hay dos grupos uno de tarde los lunes de 19:00h a 20:00h y otro por las mañanas, los miércoles de 10:00h a 11:00h.

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Autora: Esperanza Merlos Fernández

 

Referencias e  imagen : http://dx.doi.org/10.1523/JNEUROSCI.2542-15.2015