Generalmente, dar un discurso no es una tarea fácil y mucho menos relajante. Exponerse a mostrar tus ideas y que a las personas les guste lo que dices, es un reto y no siempre tenemos la seguridad y confianza suficiente en nosotros mismos. Ese nerviosismo, en parámetros normales, es muy práctico para preparar nuestro organismo y nuestra mente para conseguir el máximo rendimiento posible y no cometer errores por despistes, pero ¿qué ocurre cuándo nos sobrepasa el nerviosismo y nos sentimos incapaces a subir al estrado? Quién no ha pensado: “¿y si me quedo en blanco?”, ¿Y si aburro a todo el mundo?, etcétera.

Dedicamos este artículo a dar unos consejos prácticos que harán que tengas más confianza en tí y tu discurso, que compruebes que aunque te quedes en blanco existen estrategias y formas de salir del apuro de forma airosa, peros sobre todo, cómo mejorar nuestras conferencias.

Un factor que puede aumentar nuestra inseguridad es el discurso, sobre todo cuando el tema a tratar es demasiado técnico lo que lo puede hacer aburrido. Por eso nuestra pregunta es ¿Lo más importante es el tema o cómo se transmite el tema? Si nos paramos a reflexionar, existen grandes profesionales que pese a que lo que nos cuentan es muy interesante se nos hace imposible que no se nos escape un bostezo. ¿A quién no le han contado un chiste absurdo, que cuándo lo contaron todo el mundo moría de la risa, y días después cuando intentas reproducirlo lo máximo que consigues es una sonrisa compasiva de la persona que tienes al lado? Estos son ejemplos remarcan que tan importante como el tema, es cómo se transmite.
Por ello aquí os dejamos siete trucos para hacer que tu discurso sea más interesante, y así ganar confianza cuando te toque hablar en público:

1) Estructurar el discurso: Generalmente pese a que sepamos mucho del tema que vayamos a tratar, las personas no retienen más de dos o tres conceptos. Es por ello que organizar el contenido a tratar facilita mucho que las personas te presten atención, lo entiendan mejor, pero sobre todo, que te sigan hasta el final. El esquema es el siguiente: Introducción, desarrollo, conclusión.
La mejor opción es comenzar con el final, de forma breve y general, hacer una descripción del contenido pero marcando la dirección del discurso. Una vez introducidos los asistentes al tema, la mejor forma de desarrollar el contenido es haciendo referencia a grandes puntos a modo esquema que ayudaran a la retención del discurso. Y para terminar, es imprescindible enlazar todos los conceptos clave que se desarrollan en el desarrollo y elaborar la conclusión.

2) Lo bueno y breve es dos veces bueno. No hay mejor forma de que las personas te sigan que haciéndoles fácil dicha tarea. Por muy técnico que sea el tema, para que el discurso sea realmente bueno has de simplificarlo primero en grandes ideas generales para posteriormente ir especificando detalles de cada una de ellas, recuerda que hay que hacerlo digerible para los asistentes, así que lo mejor es hacer un discurso cuanto más “sencillo” mejor, siempre y cuando tu intención sea llegar al mayor número de personas posibles.

3) Preparación y ensayo. Es imprescindible ensayarlo en voz alta, simulando el momento del discurso varias veces, imaginando que nos encontramos en el lugar de celebración y que tenemos cientos de asistentes enfrente. Esto nos hará ganar confianza en nosotros el día del discurso, puesto que no es la “primera” vez que hacemos ese discurso. No hay mejor forma de evitar quedarse en blanco que practicando el discurso. Para practicarlo es necesario leer detenidamente el contenido y establecer conceptos generales que abarquen gran parte del contenido, y así en una cuartilla de folio poder reunir aquellos conceptos que te permitirán seguir la estructura prevista , pese a que te quedes en blanco, y permite al mismo tiempo que observes a los asistentes.
Es bueno, también recrear un posible conflicto o discusión que surja y sobre todo, elaborar una respuesta si ocurriera algún imprevisto.

4) Hacer pausas. La comunicación tiene muchos elementos, entre ellos es destacable el poder de los silencios. Cuando alguien está escuchando un discurso sin silencios, es imposible que mantenga la atención de forma continua pues no va asimilando lo que se dice. Al mismo tiempo, cuando se dice algo importante, es fundamental hacer una pequeña pausa, pues hace que la persona entienda que se trata de un concepto importante.

5) Cuidar el lenguaje corporal. Tanto la posición, el movimiento, la gesticulación como la mirada también son muy importantes a la hora de captar la atención de los asistentes. Es importante gesticular para acompañar al discurso, pero comedidamente, tampoco es bueno estar continuamente moviéndose, con demasiados espasmos o sin ningún motivo aparente. Una buena táctica es hincar los pies al suelo (para evitar el “baile de San Vito”) y solo mover tus manos acompañando al texto. En discurso largos es aconsejable desplazarse por el estrado, permaneciendo en los distintos puntos del mismo durante varios minutos para así acercarse a todos los asistentes por igual. Y por último, no hay nada más eficaz que la mirada para captar la atención de los asistentes.
6) Incluir anécdotas, curiosidades, contenidos emocionales: Para que tu discurso quede en la memoria de los asistentes, el mejor método es incluir cosas “curiosas” que despierten la atención del público, además no existe nada más emocional que anécdotas propias o de conocidos que sean graciosas o interesantes, y por qué no, si se te da bien contar chistes atreverse con un chiste puede ser una buena estrategia para captar atención y ganarse al público.
7) Cuidar la imagen: Para ganar seguridad y evitar que alguna mirada te haga dudar nada más subir al estrado, es muy importante acudir a la conferencia aseado, favorecido y por qué no, un poco más arreglado de lo que van a ir los asistentes dotándote así una cierta autoridad de experto. Es una buena estrategia para ganar confianza, seguridad y la simpatía de los asistentes.

Como hemos dicho antes, el estar nervioso antes de subir al estrado es común y hasta beneficioso, pero si sigues estas pautas, puedes reducir la sensación de bloqueo y en el caso de que se produzca, tener las herramientas necesarias para seguir el discurso con naturalidad.
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