La Diabetes según la OMS (2016) se trata de una enfermedad crónica que se produce cuándo el páncreas no produce la suficiente insulina o el organismo no utiliza de forma eficaz la insulina producida. Al ser esta una hormona que regula el azúcar en la sangre, existe la posibilidad de desarrollar una hiperglucemia, es decir, un aumento del azúcar en sangre que a la larga daña gravemente los nervios y vasos sanguíneos.

La diabetes gestacional está caracterizada por un aumento del azúcar en sangre (hiperglucemia) durante el embarazo, aumentando las probabilidades de sufrir complicaciones durante los meses de gestación, así como en el parto.

En el 40% de los casos de diabetes gestacional, posteriormente evoluciona a diabetes de tipo 2 en un plazo de cinco años, tanto las madres como sus hijos  (Zárate et al, 2008).

La detección suele ser consecuencia de las pruebas prenatales, no porque el paciente refiera síntomas previamente, siendo preciso un control estricto durante todo el periodo gestacional, ya que en las últimas décadas la prevalencia de esta patología se ha visto duplicada.

Una forma para prevenir este tipo de diabetes es la realización de ejercicio físico. El ejercicio físico durante esta etapa debe ser moderado, y nunca sobrepasar los límites marcados por los profesionales, de lo contrario obtendríamos efectos indeseados, sin embargo, si este se realiza de forma adecuada mejorará la condición muscular, la corrección postural, la tensión arterial, incrementará la resistencia al dolor y reducirá, de forma significativa,  el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y la diabetes gestacional.

La práctica del ejercicio físico moderado, reducirá la tensión y ansiedad que puedan sufrir las gestantes durante el embarazo, así como el insomnio y la probabilidad de sufrir depresión, aumentando de esta forma el bienestar de las embarazadas.

Diferentes ejercicios y deportes más recomendados para realizar son: caminar, hacer aeróbic, montar en bicicleta, el desarrollo de actividades como yoga, el taichí, ejercicios de pilates, la danza, la natación y el aquaerobic. Otros deportes o ejercicios físicos ponen en riesgo la salud de la persona y la del feto, estarán terminantemente prohibidos, siendo estos: el ejercicio físico con pesas, deportes tipo tenis, vela, esquí, baloncesto, balonmano, fútbol, y descenso por aguas, ya sean tranquilas o bravas (Ferri, 2011).

La práctica de ejercicio acuático nos reporta efectos positivos. Entre ellos destaca la disminución del estrés, la concienciación de la situación del parto, el fomento de las relaciones sociales, el control del peso de la mujer embarazada, la mejora del desarrollo del feto, el aumento de la capacidad aeróbica y el tono muscular, así como la probabilidad de aumentar el parto natural sin tener que recurrir a medios facilitadores del mismo como la epidural. Todos relacionados tanto con la salud psicológica como la física.

 

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Referencias:

Ferri, E. (2011). Embarazo y deporte. Enfermería Integral: Revista Científica del Colegio Oficial de ATS de Valencia, 94, 9-13.

Organización Mundial de la Salud. (2016). Diabetes.  Recuperado de: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs312/es/

Zárate, A., Hernández, M., Basurto, L., y  Saucedo, R. (2008). Tratamiento de la diabetes en mujeres embarazadas. Ginecología y Obstetricia de México, 4(76), 211-216.

 

Autora: Lorena Sánchez Martínez.

Graduada en psicología