Ante la presencia de señales de alerta o sospechas de que un niño sufra dislexia, se deben llevar a cabo una serie de pautas de actuación:

  1. Descartar que el niño presente algún déficit visual o auditivo, gracias a un examen facultativo.

  2. Excluir la presencia de algún tipo de desfase de desarrollo o retraso mental.

  3. Ponerse en contacto con el profesorado del centro escolar para valorar la situación.

  4. Acudir al equipo de psicopedagogía con el objetivo de obtener un diagnóstico objetivo del caso.

  5. Si se realiza un diagnóstico certero de dislexia por los profesionales adecuados, se deberá proceder a una adaptación curricular (en caso más graves), así como el tratamiento psicopedagógico para mejorar la problemática del niño.

La detección precoz de los niños que presentan dislexia es fundamental, ya que una actuación temprana, puede llegar a evitar dificultades futuras que ocasiona la dislexia, sobre todo en lo que concierne al aprendizaje. También es posible eludir la angustia y confusión que padecen tanto los niños con dislexia como sus familiares.

 

Multitud de estudios afirman que esta intervención precoz y temprana, es la mejor forma de actuar ante la dislexia, puesto que permite que los niños adopten un aprendizaje adecuado desde sus primeras etapas con la metodología que se adecúe a las dificultades que presentan. De este modo, se forma una buena base de aprendizaje, así como el desarrollo de habilidades compensatorias en la mejor época de adquisición de las mismas.

Asimismo, la importancia de llevar a cabo un entrenamiento en Habilidades Fonológicas desde la etapa de Educación Infantil, para paliar significativamente las dificultades de aprendizaje de los disléxicos y para potenciar el aprendizaje lectoescritor de cualquier niño/a, ha sido empíricamente probada en numerosos estudios, (Bradley y Bryant, 1978; Maldonado y Sebastian,1987; Morais, 1991; Defior y Tudela, 1994).

By: María Mateos Díaz