Gracias a los avances en salud y calidad de vida, envejecer ha pasado de ser algo prácticamente imposible, a una realidad predominante en nuestra sociedad. En la sociedad occidental ha aumentado considerablemente la esperanza de vida, cambiando los parámetros de envejecimiento, vejez  y vejez social. Mientras que antes la vejez duraba pocos años,  y consistía en la pérdida de autonomía, responsabilidad, independencia económica, y perdida de autoridad; actualmente dura décadas y se trata de una etapa diferente de nuestra vida, donde no tiene por qué haber una pérdida de autonomía, ni responsabilidad, etc..  Actualmente, aún existe una transición entre la antigua concepción de envejecer a los 65 años y una nueva visión del proceso de envejecimiento.

Por ello, cuando hablamos de envejecimiento se deben diferenciar los siguientes conceptos:

  • Edad cronológica, es el resultado de la acumulación de unidades arbitrarias de tiempo vividas.
  • Edad biológica, es la que nos indica la situación del sujeto  respecto a su potencial  de mantenimiento de vida, que está vinculado a la herencia genética y a la biografía de salud del individuo.
  • Edad psicológica, está determinada por el grado de capacidad adaptativa que ha desarrollado el sujeto frente a las exigencias de su medio ambiente.

En 2002 la Organización mundial de la Salud desarrolla un nuevo paradigma que concibe el envejecimiento como un proceso de vida, denominado «Envejecimiento Activo».

La idea principal es la conceptualización del envejecimiento como un proceso que se desarrolla a lo largo del proceso vital y que va más allá de una edad cronológica. Esta visión propone una nueva perspectiva del ciclo vital de las personas, y además propone la pedagogía del envejecimiento donde se realza la importancia de vivir saludablemente para mejorar las condiciones en este proceso.  Este concepto además apela a la responsabilidad de cada uno sobre su vida, dejando atrás la pérdida automática de independencia y responsabilidades que se producía tiempos atrás tras la jubilación.  Envejecer ya no supone «perder» sino «ganar», es seguir ganando experiencias, emociones, y momentos de nuestra vida.

Para tener una vejez con mayor calidad de vida, es importante tener un estilo de vida activo, donde además del trabajo existan otras cosas que nos hagan crecer como personas,  así tras haber finalizado nuestra etapa laboral, la persona puede hacer todas aquellas cosas que durante esta no tubo tiempo de hacer. Existen muchas y diferentes actividades culturales, practicar ejercicio físico, relaciones sociales, participación en eventos de nuestra comunidad, etc.  Envejecemos durante toda nuestra vida, y a lo largo de ella se van cambiando los espacios sociales pero estos no desaparecen.

Un factor determinante en este proceso es el cuidado de las relaciones sociales. Actualmente en la etapa de edad avanzada existe una interacción entre diferentes generaciones, que a veces tienen poco o nada en común, pero que participan de muchas actividades juntos. Es por ello muy importante cultivar las habilidades sociales que pueden ayudar en el proceso de envejecimiento. A su vez, una fuerte red social hace del envejecimiento un proceso cálido y  seguro. Donde la persona mayor encuentre el apoyo y atención necesaria para llevar su vida con la mayor normalidad posible.

En Emae somos conscientes de la importancia de fomentar una vejez activa para así mejorar la  calidad de vida de las personas de avanzada edad. Mediante talleres, cursos y charlas promovemos la interacción social. Existen grupos específicos para personas mayores donde se entrenan sus habilidades cognitivas, mantenimiento físico, y sobre todo, cuidamos su autoconcepto social y personal.