¿En algún momento has sentido que estabas demasiado furioso? Algo así como si estuvieras fuera de control. ¿Existen situaciones en las que sientes que tu reacción ha sido excesiva para el caso en cuestión?

Si es así, deberías de plantearte entrenar tu asertividad.  Pero, ¿qué es eso de la asertividad? Ciertamente, es algo que está muy de moda, pero que muy pocas personas llevan a cabo. Se trata de un comportamiento social en el que nos respetamos a nosotros mismos, y a las personas con las que nos relacionamos. Se podría definir como una forma de comunicarnos que estaría entre la pasividad y la agresividad, siendo el término medio entre ellas. Además este comportamiento nos protegerá ante cualquier persona que nos pueda hacer daño, o que nosotros mismos hagamos daño inintencionadamente con la intención de hacer lo mejor.

Por ello una persona asertiva, es aquella que logra establecer un vínculo comunicativo sin agredir a la otra persona, pero sin quedar sometido a la voluntad de la misma. Se trata por tanto de aquellas personas que son capaces de expresar sus pensamientos y defender sus intereses de una forma hábil socialmente, evitando enfrentamientos innecesarios.

Generalmente la asertividad se relaciona con personas con buena autoestima, pero ¿son asertivas porque tienen buena autoestima? o, ¿tienen buena autoestima porque son asertivas? Es difícil responder de forma certera a estas preguntas. Sí que es cierto, que hay patrones de personalidad que se relacionan con un comportamiento asertivo óptimo. Pero, la asertividad no es una capacidad innata e inmutable; se trata de una aptitud potencial que todos poseemos y que simplemente hay que entrenar. De esta forma nos aseguramos una mayor confianza en nosotros mismos y en los demás. Aumentando de esta forma cantidad de emociones positivas y reconfortantes, como el optimismo, alivio, seguridad, alegría, etc.

Existen unas normas básicas, o “derechos universales” que como su propio nombre indica, son reglas para respetarnos y respetar al resto de personas que nos rodean, que son universales y hacen de base en el comportamiento asertivo. Estas normas y un entrenamiento en las estrategias para comunicar de forma fiel lo que pensamos, minimizando la posibilidad de malinterpretaciones.

Os dejamos con los derechos asertivos básicos o “derechos universales”; si estás interesado en saber más sobre el tema, Clínica Emae ofrece todas las semanas sesiones destinadas a entrenar tu yo más social, trabajando no sólo la asertividad sino tus Habilidades Sociales, infórmate en LAS TARDES DEL TÉ.

 

  1. A tener nuestras propias opiniones y valores.
  2. A tener nuestras propias necesidades, y que sean tan importantes como las de los demás.
  3. A cambiar de opinión, idea o línea de acción.
  4. A intentar cambiar lo que no nos satisface.
  5. A pedir lo que queremos.
  6. A hacer menos de lo que humanamente somos capaces de hacer.
  7. A decidir qué hacer con nuestro propio cuerpo, tiempo y propiedad.
  8. A no justificarse ante los demás.
  9. A no responsabilizarse de los problemas de otros.
  10. A no anticiparse a las necesidades y deseos de los demás.
  11. A estar solos aun cuando deseen nuestra compañía.
  12. A elegir entre responder o no hacerlo.